1, 2, 3, 4...A DORMIR, ¡cuidado te pasas!

Hemos tenido un día agotador, lo único que deseamos es llegar a casa y poder quedarnos dormidos, pero todavía nos falta un largo camino por recorrer. Subimos a la combi, conseguimos un asiento, no tan cómodo pero algo es algo por lo menos en el tiempo que vamos a estar ahí, no esta mal.
Estamos con la música, la hora del lonchecito, esa música que a veces hace adormecerte mientras la escuchas, fácil podría ser usada como somnífero para la gente.
Seguimos en el trafico, la música sigue sonando, y de pronto los parpados nos pesan, encontramos, de alguna u otra manera una forma cómoda de sentarnos, y de pronto empiezas a sentir ya no ruidos sino zumbidos, y poco a poco las voces, o los gritos pasan a ser recuerdos, entras en un sueño tan profundo que ni cuenta te das que estas en una combi.
De pronto alguien te toca el hombro, y te dice: “señor! Esta es la ultima parada, a donde va usted”, palabras, frases que alguna ves nos ha tenido que pasar, si señores, se pasan de su destino por lo cansados que están y de pasadita la baba que se nos cae y pasamos el roche de nuestras vidas, porque siguen medios adormecidos y lo único que atinan a hacer es balbucear. Y lo único que hacemos es bajarnos, tratar de ubicarnos y saber para donde ir, y nuevamente subir a otra combi de regreso a nuestras casas.